miércoles, 17 de diciembre de 2014

NAVIDAD UNA, NAVIDADES DIVERSAS

   Navidad Nuestra/                                       Navidad al otro lado del Océano
   Temblando estaba de frío                           Navidad de flor de coco
   El mayor fuego del cielo,                            Navidad del Paraguay.
   Y el que hizo el tiempo mismo
   Sujeto al rigor del tiempo.

Si aquí no concebimos la Navidad sin frío y con nieve, allá en Paraguay no la concebimos sin el penetrante perfume de la flor del cocotero, la propia del verano. Flor del cocotero que es una enorme espiga que por las fiestas de Navidad se vende por las calles o los mercados de las aceras. Se llevan para adornar los pesebres –nacimientos- de las casas.
La Navidad del Paraguay además de ser de flor de coco es la Navidad del consumo y de la publicidad comercial.  Un mes antes de la fecha de 25 de diciembre o más los comercios aparecen iluminados con lucecitas. También los árboles de las avenidas adelantan con sus numerosísimas lucecitas la “fecha” de la Navidad.  Es allí como aquí  una fiesta eminentemente familiar. Las familias se reunen en la nochebuena para compartir la cena. Aunque en estas fechas ya empezaron las vacaciones de verano, nadie sale de su casa para pasar esos días fuera, sino más bien vuelven no pocos paraguayos que emigraron a Argentina. Pasado el primero de enero muchos son los que salen a pasar unos días de vacaciones a los países vecinos de Argentina y Brasil.
¿Cuáles son en Paraguay las manifestaciones religiosas de estos días de Navidad? –En primer lugar la instalación en todos los hogares del pesebre –Belén o Nacimiento que decimos en España- Los paisajes del pesebre que los ponen en el suelo delante de las casas no son de nieve sino de frondosa vegetación de plantas en macetas y con frutos de sandías, piñas, uvas, etc. No olvidemos que en estas fechas ya se ha hecho presente el verano.
Las figuras del pesebre son sencillísimas hechas de barro cocido por los alfareros de Areguá. En cuanto a los animales representados no son solo los tradicionales de ovejas y camellos, sino también los gallos, los sapos…(cururú)  ¡y qué sapos!  Lo tradicional  era que los niños y también los mayores fueran de casa en casa para admirar el pesebre y decirle a la dueña: ¡Qué lindo es su pesebre! Y ahí el visitante era convidado con dulces.
Es de suponer que además de los pesebres domiciliarios, también se instalan en las capillas y en las parroquias. Aquí las figuras son  más trabajadas en su forma y en su materia, ya de yeso. En mi parroquia había una capilla –Enmanuel- cuyo patrón era el Sagrado Corazón de Jesús. Le regalaron a la capilla figuras de tamaño casi natural. Pero la figura del niño de tamaño natural había sido llevada por una familia desde España.

Las parroquias para los días previos a la Navidad organizan unos encuentros de vecinos que llaman “Navidad en familia”. Cada día se celebra la reunión en una casa distinta que culmina con una representación de las escenas de la anunciación, visitación, nacimientos y adoración de los pastores y los magos… Es una buena ocasión para el acercamiento de las familias. Estos encuentros tienen lugar en los patios de las casas, ya que las viviendas son de una sola familia de una sola planta; con jardín o patio. Cenas comunitarias en la calle de los vecinos.

martes, 2 de diciembre de 2014

SANTUARIO MARIANO DE CAACUPÉ

SANTUARIO MARIANO DE CAACUPÉ – FIESTA DE PEREGRINACIÓN

Hoy nos trasladamos a otra tierra, que no es menos mi tierra, ya que he vivido allá más de cuarenta años: PARAGUAY. Y estos días de principios de diciembre, Paraguay es CAACUPÉ. En esta ciudad se venera una imagen de la Inmaculada que como tantas otras de devoción popular está rodeada de leyenda.  Se cuenta que un indio era perseguido u otro grupo de indios de otra tribu. En su huida se escondió en el hueco de un árbol prometiéndole a la Virgen hacerle una imagen si  lograba librarse de sus perseguidores. Por el favor recibido la imagen que es la que se venera en Caacupé. Enlaza esta leyenda  con  la de una imagen que es la que encontró flotando en el cercano lago de Ypacaraí después de una intensa inundación.
El pueblo paraguayo profesa una intensa devoción a la Virgen de los Milagros de Caacupé. Podemos decir que es todo un país que se pone en peregrinación al santuario el 8 de diciembre, en los días de la novena que lo preceden y en la octava que lo sigue. Ciertamente que el Paraguay en extensión es un poco menor que España; pero en estas fechas encontrarás en la ciudad visitando el santuario devotos de todos los puntos del país que han ido de peregrinación “para pagar alguna promesa” que en el año le han hecho a la Virgen por haber recibido sus favores. En estos días, caminantes se desplazan por todos los caminos que llevan a la ciudad de Caacupé. A veces se encuentran familias enteras que van en sus carretas de bueyes. Los medios de comunicación recogen los testimonios y las imágenes de los peregrinos. Yo he estado yendo al santuario el primer lunes de la novena, día destinado a la peregrinación del clero nacional, es decir, de todas las diócesis del país. Era una buena ocasión para encontrarme con sacerdotes de otras diócesis que habían sido mis alumnos en el seminario metropolitano y con algunos obispos. El día de la fiesta he estado menos veces dedicándolo a las confesiones. Los santuarios son lugares de reconciliación.
Las peregrinación es han sido elementos importantes de la religiosidad popular. Peregrinación etimológicamente significa “ir por el campo”. Peregrino es el que se encuentra fuera de su ambiente habitual, el que sale de su tierra. Entraña una renuncia por mayor o menor tiempo. Una incomodidad porque aleja de los suyos, comporta una fatiga al no disponer de lo que disponemos en la propia casa.
Desde los primeros tiempos del cristianismo el término peregrino pasó a significar específica y técnicamente la persona o grupo de personas que va –partiendo de la propia habitación terrena a un lugar sagrado para realizar actos religiosos ya sea con un fin de piedad, ya sea con un fin votivo- cumplir una promesa – o con una finalidad penitencial. Peregrinar es proyectarse o ponerse en camino del cielo a través de la renuncia. Se expone a mil riesgos… es un extranjero en tierra extraña.
El peregrinaje  es signo de la renuncia de todo lo que ata a la tierra, a los bienes materiales. El peregrinaje es lo opuesto a la instalación, es signo de pobreza, de disponibilidad de santa inquietud en la búsqueda de Dios.
Tres veces al año se presentarán todos tus varones ante el Señor tu Dios (Éxodo 23,17)
Se refiera a las tres grandes peregrinaciones a Jerusalén: para celebrar la Pascua, Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos. Pascua para los judíos recordaba la salida de Egipto. Pentecostés la alianza del SINAB en pleno desierto. Los tabernáculos conmemoraba la travesía del desierto. Por ocho días en esta ocasión los peregrinos habitaban en tiendas en Jerusalén.
Jesús peregrinaba en estas ocasiones a Jerusalén. San Lucas nos recuerda la primera peregrinación de Jesús a Jerusalén a los doce años.

Las colonias paraguayas en Buenos Aires, Nueva York o Madrid viven intensamente esta fiesta de la Virgen de Caacupé. En una de las peregrinaciones  a Caacupé me encontré con un párroco de Madrid que tenía en su parroquia una numerosa colonia paraguaya y había viajado a Caacupé para buscar la imagen de la Virgen  para su parroquia y para sus paraguayos.

Nuestra diócesis de Salamanca nos invita a peregrinar a Alba de Tormes en ese centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús. Nos recuerda el lema de la Santa: ES TIEMPO DE CAMINAR.