Es una "gozada"
al acercarnos a un pueblo o a una ciudad contemplar sobre el cielo azul las
torres de la catedral o de los templos. Gozada sí, como la de los
peregrinos de Santiago de Compostela que al llegar al MONTE DEL GOZO
divisan por primera vez las torres de la catedral, término de su peregrinación,
¡Qué visión más hermosa
la de la torre de nuestra iglesia de la Zarza cuando la cotemplamos desde
distintos lugares a las afueras del pueblo como desde la carretera de Masueco,
de Mieza o del Cotorro. Esa visión nos hace respirar honda espiritualidad.
Nuestra torre es una ESPADAÑA, hecha de bloques de granito, con tres ventanas,
dos ocupadas por dos campanas de bronce -la grande y la chica- y la tercera
ventana que se alza por encima de las otras dos ha sido rellenada en los
últimos años por una campana de pìedra, campana muda. Nuestra espadaña como
tantas otras se cubre con un gran gorro: el nido de la cigüeña.
Las torres de las
iglesias tienen, unas forma cónica, otras tienen forma de cubo y las más
modestas forma de espadaña. Esta es de una sola pared. Esta es la forma de
nuestra torre. Nuestra torre sin ser demasiado alta, no deja de ser esbelta. No
pocas torres en espadaña son achatadas, casi no pasan de ser mas que un simple
"campanario" Estas no expresan nada, solo se expresan por las
campanas que sostienen.
Es una lástima que la
torre de la Zarza no se haya incluido en el escudo del municipio. En nuestro
escudo añadiría belleza heráldica a nuestra modesta zarzamora.
Las campanas de nuestro
pueblo como todas las campanas de las iglesias son unos seres sensibles con
alma y corazón. Comunican mensajes, hacen llamadas, expresan sentimientos. El
mensaje más alegre que nos comunican al canto del gloria de la vigilia pascual
es que Cristo ha resucitado. Y también como expresa un villancico en Navidad:
"Nunca suenan las campanas con tan dulce claridad". Ese mensaje
pascual se renueva en los días
festivos llamando al pueblo a la
asamblea eucarística. El toque a misa los domingos cuando se hacía el repique
de las dos campanas. Era un verdadero arte interpretado por pocos. Mensajeras
de la alegría eran nuestras campanas cuando eran volteadas durante la profesión
del patrón de la parroquia. Alegría también, más intima cuando la campana chica
repicaba al ser llevado un niño a bautizar. Alegría cuando mi sobrino José
Antonio volteaba la campana chica en mis bodas de oro sacerdotales... (video abajo)
Hay otro toque da
campanas que comunican un mensaje triste. Lo llamamos el "DOBLAR DE LAS
CAMPANAS". El gran novelista norteamericano Ernest Hemminway escibió una
novela que tituló: "POR QUIÈN DOBLAN LAS CAMPANAS"? Y su tema es la guerra civil española. Cuando
un miembro de la comunidad acaba de fallecer las campanas doblan.
También había otro tañido
de campanas que sonaba de un modo arrebatado. Comunicaban que se había
producido un incendio y llamaban al pueblo a colaborar en su extinción sin
esperar a que lleguen los bomberos.
Estando yo de párroco en
Guijuelo y en mi ausencia por un viaje que hice al Paraguay hubo un incidente
con las campanas de la iglesia. Un hijo del pueblo, hermano lego de una orden
religiosa fue de visita a su pueblo de Guijuelo con otros compañeros. Subieron
a la torre. Quiso demostrar a sus compañeros "lo bien que sonaban las
campanas de su pueblo" y fue probándolas una tras otra, las cuatro. Resultó
que lo que tocaban era el doblar por el que se comunica al pueblo una defunción.
Las mujeres tan atentas en cumplir con los difuntos y su familia empezaron a
"suponer" quién sería el muerto... y llegaron a identificarlo y a
marchar a casa del supuesto muerto. Cuando me lo contaron me resultó divertido
en parte por la indignación de la gente. ¡La pobre toma tan en serio el sonido
de la campana! Que conste que no fué el día de los inocentes sino en el mes de
agosto...
(Continuará)