SANTUARIO MARIANO DE CAACUPÉ – FIESTA DE
PEREGRINACIÓN



Desde los primeros tiempos del cristianismo
el término peregrino pasó a significar específica y técnicamente la persona o
grupo de personas que va –partiendo de la propia habitación terrena a un lugar
sagrado para realizar actos religiosos ya sea con un fin de piedad, ya sea con
un fin votivo- cumplir una promesa – o con una finalidad penitencial.
Peregrinar es proyectarse o ponerse en camino del cielo a través de la
renuncia. Se expone a mil riesgos… es un extranjero en tierra extraña.

Tres
veces al año se presentarán todos tus varones ante el Señor tu Dios (Éxodo
23,17)
Se refiera a las tres grandes peregrinaciones
a Jerusalén: para celebrar la Pascua,
Pentecostés y la Fiesta de los Tabernáculos. Pascua para los judíos
recordaba la salida de Egipto. Pentecostés la alianza del SINAB en pleno
desierto. Los tabernáculos conmemoraba la travesía del desierto. Por ocho días
en esta ocasión los peregrinos habitaban en tiendas en Jerusalén.
Jesús peregrinaba en estas ocasiones a
Jerusalén. San Lucas nos recuerda la primera peregrinación de Jesús a Jerusalén
a los doce años.
Las colonias paraguayas en Buenos Aires,
Nueva York o Madrid viven intensamente esta fiesta de la Virgen de Caacupé. En
una de las peregrinaciones a Caacupé me
encontré con un párroco de Madrid que tenía en su parroquia una numerosa
colonia paraguaya y había viajado a Caacupé para buscar la imagen de la
Virgen para su parroquia y para sus
paraguayos.
Nuestra diócesis de Salamanca nos invita a
peregrinar a Alba de Tormes en ese centenario del nacimiento de Santa Teresa de
Jesús. Nos recuerda el lema de la Santa: ES
TIEMPO DE CAMINAR.