

Desde buena parte de
la ciudad se divisan las torres
incluyendo, sus reflejos en las aguas quietas del Tormes. Las más altas
corresponden a la catedral nueva. La cúpula románica más baja corresponde a la
catedral vieja, construida en el siglo XII. Las separan unos cuantos siglos, aunque están
muy pegadas la una a la otra, pues ambas comparten un mismo muro; muro norte para la vieja y muro sur para la
nueva. Son pocas las diócesis que cuentan con dos catedrales ya que solían edificar
los nuevos templos sobre los ya existentes. Fue un logro lo conseguido en
Salamanca llegando a nuestros días con dos magníficas catedrales. Se dice que
la catedral vieja fue respetada para no dejar a la ciudad sin culto, durante el
largo período en levantar la catedral nueva, cuando Salamanca ya crecía en
población y fama por su universidad.

Al ser construidas en
distintas épocas son de estilos arquitectónicos distintos. No son como las de
la catedral de Burgos, que responden a un plan único y pertenecen a una sola
catedral.

La más antigua, que
es la de la catedral vieja, solo diviso parte de su cúpula cónica a la
izquierda del conjunto voluminoso de la catedral nueva, mientras que las torres
de ésta destacan por su altura y majestuosidad. La arquitectura de la catedral
vieja, responde al estilo románico; mientas que la nueva responde al estilo
renacentista, como la del Vaticano.
Es una visión
magnífica la que tengo a la vista. Ahí están las dos compañeras desafiando los
siglos; unas veces azotadas por los
vientos, otras veces bajo un cielo sereno y azul. Ahí se encuentran contándoles
las horas a los habitantes de la ciudad, como ahora, que están dando las once
de la mañana. Su mensaje es señalarnos el cielo y con sus agujas como
bolígrafos escribiendo en las alturas el nombre de Dios para que no lo borremos
de nuestras memorias. Ellas con sus sonidos nos dan el tono de las grandes
celebraciones litúrgicas; unas veces son voces rebosantes de alegría, como en
la mañana de Pascua y otras veces enterneciendonos con los toques navideños. Y
en las noches, con sus luces, velan el
sueño de los salmantinos, al ser iluminadas, durante algunas horas.
Haciéndoles guardia de honor no olvidamos la famosa torre del gallo y las torrecillas que la circundan.
Haciéndoles guardia de honor no olvidamos la famosa torre del gallo y las torrecillas que la circundan.
Y para que no sea todo de
piedra, las cigüeñas, con hilos finísimos van tejiendo en sus alrededores
tramas que le dan un toque de vida
Desde tu ventana, César, yo también como tú he contemplado estas maravillas que comentas y he oído el jolgorio de pajarillos, palomas, etc. También el ir y venir de las muchas cigüeñas que tienen sus nidos en las Catedrales, Dominicos, Calatrava; todo en el entorno de tu ventana.
ResponderEliminarSin duda el conjunto de las dos catedrales es majestuoso desde cualquier perspectiva; reflejándose, como dices, en las aguas del Tormes; de día, de noche y especialmente en amaneceres y atardeceres con la luz especial de esos momentos, cómo se dibuja la silueta de sus torres ofreciendo una estampa mágica. Otro momento también mágico y especial es al atardecer, en el instante justo del encendido de la iluminación del conjunto catedralicio, los primeros segundos cuando la luz de los focos va tomando intensidad, proyecta unos tonos entre verdosos y azulados hasta que llegan a la máxima potencia cuando todo lo iluminado adquiere el color dorado natural de su piedra resaltado por los focos en la oscuridad de la noche. Momento que aconsejo a quienes en ese instante se encuentren cerca de las catedrales, presten atención a este detalle del inicio de la iluminación que comento.
Existe una visita turística-cultural por el conjunto de las dos catedrales que suelo aconsejar y acompañar a amigos que visitan Salamanca; de manera especial a los varios argentinos descendientes de zarceños que pasan por esta ciudad con destino a La Zarza, patria chica de sus antepasados, quieren conocerme personalmente y he de decir que el corto paseo por la zona monumental de la ciudad finalizando en IERONIMUS (así se denomina esta visita) que muestra las dos Catedrales desde las alturas, por dentro y por fuera; por terrazas, torres, tejados, campanarios, interiores de ambos templos, les deja un grato recuerdo de su paso por esta ciudad. Añadir que últimamente se ha abierto otro nuevo paseo de altura por las torres de la Clerecía (Universidad Pontificia) frente a la Casa de las Conchas.
Me alegro, César, que tengas estas maravillosas vistas desde tu ventanal. Y aunque son majestuosas, yo sé que prefieres otras más sencillas que se encuentran en nuestro pueblecito, al que deseo que pronto puedas regresar, pues esa será señal que tu mejoría es la que estás esperando y todos te deseamos.
-Manolo-
Muy bonito video desde esa ventana, pero como dice Manolo, esperamos pronta recuperación y que pueda disfrutar del pueblo y bonito jardín que siempre tiene su casa. Hasta que eso llega lo seguiremos por este simpático blog. Saludos. Rosa.
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